Oriol Roselló (Barcelona, ​​1963) es un arquitecto que ha sabido fusionar tradición y modernidad para redefinir el concepto de paisaje arquitectónico. Desde su estudio Bangolo Arquitectura, ha dedicado más de treinta años a recuperar técnicas tradicionales de construcción e integrarlas en proyectos sostenibles de vanguardia, priorizando siempre los materiales locales y trabajando directamente con los artesanos de los distintos ámbitos.

El libro Res surt del no-res (Edicions Cal·lígraf, 2025), escrito por el periodista Juan Jesús Aznar, recoge esta trayectoria humana y profesional y nos habla también de su obra más emblemática: el Ágora de Mas Marroch (Vilablareix, Girona), el espacio de celebraciones de los hermanos Roca, el primer edificio de uso público en el primer edificio de uso público, construido en sólo cuatro meses.

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¿Por qué fue especialmente importante para ti el proyecto de Mas Marroch?

Desde el año 92 yo hacía arquitectura doméstica de autopromotor, es decir, residencias por encargo de las personas que vivirían allí. Los hermanos Roca me contrataron para el primer edificio singular, de ocupación pública y de gran concurrencia a causa del prestigio de su marca.

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